jueves, 6 de febrero de 2014

Adaptación de mamá a la guardería (2)

Visto que mi cole mola y que la señu me mima, esta semana he decidido cambiar el horario e ir ahí a comer y echar la siesta. Está bien. Así me levanto sin prisa por la mañana; como un menú distinto cada día y experimento otras maneras de quedarme dormida. Pero mamá lo lleva peor; como no vuelve hasta la noche, la pobre tiene que acostumbrarse aún. Dice que si pasan muchas horas sin verme se nota hasta el cuerpo raro. Creo que de eso hablan tantos poetas, aunque nunca confesaron si pensaban en bebés: Amor de mis entrañas, viva muerte; esto es amor, quien lo probó lo sabe; etcétera.

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