martes, 5 de noviembre de 2019

Las leyes físicas de la querencia.

Yo me doy cuenta de que nos queremos mucho, pero mucho en esta casa.
¿Cuánto? Difícil de cuantificar. Hasta la luna. (Pero ya está muy visto). Hasta el sol (También).
Hasta el polo Norte (dice mi hermana, que no está mal). Y yo añado: hasta Saturno. Hasta el año de la Mari Castaña. Y ya me doy cuenta que el tiempo y el espacio no se pueden separar, sobre todo para cuantificar lo que no uno quiere.

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