A mamá le cambia el carácter por la mañana cuando hay que ir al cole. Cada vez que juego un poco, a mirar todas mis pulseras, a abrir y bajar la ventanilla del coche, lo que sea, se pone como frenética y sopla y se enfada.
Se lo he dicho. No toda la gente está nerviosa por la mañana.
Le he dicho también que parece un sargento.
Al final he conseguido que riera y que me prometiera que mañana iremos despacio y sin enfadarnos. Eso sí, me da que va a despertarme un ratito antes. Pero como lo hace con enanitos y cosquillas en las manos no me importa.
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