Mi amor de hija a mi má es total e incondicional y quiero acompañarla en todas sus actividades, también a los eventos culturales y/o nocturnos. Por eso, para que le quede claro, cuando planea irse sin mí, la táctica es:
1. Ser muy agradable y cariñosa las horas antes, a ver si así se enternece y abandona la idea de apartarse de mi lado.
2. Si pese a todo persiste en irse, ponerme a llorar y a decir "papá no" a rabiar poco antes de que se ponga el abrigo. (Se me pasará nada más cierre la puerta, y pasaré un buen rato con el bueno del viejo, pero eso ella no lo verá.)
3. A su vuelta, volveré de entre los sueños para reclamarla y que vea cuánto la he echado en falta. Cuando me tome en sus brazos la abrazaré, le besaré las manos para que vea que dulzura tal no puede conseguir en lugar alguno sin mí. Le acariciaré con mucha suavidad, los brazos,luego la cintura, para que vea cuánto reconozco sus perfiles hasta en la noche. Sacaré poco a poco las uñas, hasta clavárselas en la barbilla trazando el círculo perfecto del cariño. Intensidad como la que vive conmigo no existe en ninguna parte.
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