miércoles, 17 de abril de 2013

Por la mañana

Abro un ojo. Echo de menos a la teta. La llamo hasta que viene a mí. Cierro los ojos y me dejo llevar un buen rato, con ella en la boca. Cuando estoy colmada, abro los ojos otra vez. ¡Creo que es de día! Qué ilusión, podré ver las caras que me acompañan, mi culo al aire y podré dar unas patadas a mis peluches mientras algún adulto desayuna. Eso hago, junto con probar mi nueva serie de grititos. Si, estoy en forma. Es muy cansado todo esto. Mamá, ya te vale, a ver cuándo me acuestas otra vez.

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