Mañana me voy a la nieve, pase lo que pase. Y si no me llevan me voy yo.
Ya está bien, que estos me lo están prometiendo desde la Navidad y nada.
De hecho no tengo claro por qué todavía se puede ir a la nieve pero hace tiempo guardamos las cosas de Navidad.
Yo aún lo tengo todo muy presente. El tió, que está durmiendo no sé dónde. Los Reyes, que siguen comiendo pescado conmigo. Las canciones con mis primos.
Y papá Noel, que me espera en la nieve... con sus renos... ¡qué emoción! Ya llevo toda la semana preparada y con las botas puestas.
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