jueves, 24 de julio de 2014

City lights (2)

Ayer, y eso que era miércoles, estuvimos los tres de juerga en Barcelona. Gusta cada vez más la ciudad. Y compruebo cómo las experiencias vividas en Premià, que yo creía representativas del mundo, no son más que un bosquejo a pequeña escala de lo que puedo llegar a conocer. Así, una biblioteca no ha de ser sólo un espacio acogedor y colorido de una planta o dos donde hay libros para bebés; puede tratarse de un inmenso edificio de piedra antigua, salones elegantes con ejemplares de libros que llegan hasta el infinito, y, rodeándolos, inmensos pasillos de suelo ajedrezado, claustros románticos, árboles centenarios, peces de colores y gatos fugitivos por jardines exquisitos. Asimismo, un concierto de rock puede ser algo más allá de lo conocido y bailado en las plazas de Premià: hay edificios concebidos para ese uso, como antiguas fábricas de cerveza, llenas de enormes juguetes que no se pueden tocar, y multitudes y pantallas gigantes que presentan y amplifican la música. Pero, en medio del vértigo, también aquí encuentro rostros conocidos que me esperan y saludan. Ayer incluso me dirigieron unas palabras las componentes de mi admirada banda Pentina't Lula, que me invita al frenesí y al vitalismo salvaje. No he podido dormir apenas de la emoción. Rockin' all night long

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Otros viajeros